El camino de regreso es siempre partida. Sobre él advienen presencias que tiñen el presente con su matiz, y es con ellas que nos alejamos de nuestros pasos para regresar a ellos sin darnos cuenta: no habría tal cosa como «camino» andado, desde que lo andamos. En el andar estaría la propia muerte y resurrección del camino, igual y diferente al que tantas veces se recorrió. 

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Se utilizan técnicas como la grabación con cristales, la cámara lenta o la superposición de tomas en una misma imagen.

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Grabado en la provincia de Valladolid.